“Confusión y falta de apoyo a la educación de 0 a 3 años: las escuelas, educadoras y familias opinan”

Hoy nos escriben desde una escuela infantil para comentarnos como están viviendo estos centros la "nueva normalidad".

“Me gustaría poder compartir con todas las personas que puedan leer esto, lo que ha supuesto para las escuelas infantiles la falta de directrices claras por parte de las administraciones, durante todo el tiempo que ha durado el estado de alarma.

En primer lugar hemos vivido con gran incertidumbre, sin saber cuál iba a ser nuestro futuro. Nos hemos enfrentado a nuestras escuelas cerradas desde el día 11 de marzo, a la mayoría del personal en ERTEs por fuerza mayor, a las familias confinadas en casa teniendo que hacer frente, en la mayoría de los casos, a un teletrabajo muy difícil de gestionar cuando se tienen hijos pequeños que requieren una atención casi exclusiva y sin poder dar respuesta a los cientos de correos electrónicos que nos llegaban por parte de cada uno de ellos pidiendo ayuda.

¿Qué pasa con mi ERTE? Todavía no he cobrado, ¿qué hago? En el SEPE no me responden al teléfono, ¿dónde llamo?, ¿cuándo abrís?, ¿qué medidas de seguridad vais a tener?, ¿cuántos niños vais a poder tener en cada aula?, ¿es obligatorio que los padres no podamos teletrabajar para incorporar a nuestros hijos? Mi hijo tiene necesidades educativas especiales, ¿puede asistir aunque yo teletrabaje?, ¿tengo que llevar mascarilla?, ¿qué es un virucida y es obligatorio?, este es sólo un pequeño resumen de las preguntas recibidas a cientos y a diario durante estos meses…

Y hemos ido viendo cómo se ponían en marcha las medidas para los colegios, para las Universidades, para los bares y restaurantes, para las peluquerías, para los deportistas, para los transportes, etc… y no había noticias para las escuelas infantiles de 0-3. Y hemos visto cómo se llenaban las terrazas de las calles de padres y niños sin mascarillas ni respeto por las distancias de seguridad, pero nadie hablaba de nosotros. Y hemos seguido viendo cómo todo se iba activando, como los campamentos urbanos ya sabían a qué atenerse, cómo había que utilizar los columpios del parque público,… mientras seguíamos sin saber qué iba a ser de nosotros.

Tenemos un sector muy vulnerable, formado en su mayoría, por pequeñas empresas familiares y autónomos, que dan empleo a mujeres en un porcentaje muy alto. Nos dedicamos a enseñar, cuidar y querer a los más importantes, que son los más pequeños, que son el futuro de nuestro país y, sin embargo, nos sentimos olvidados, degradados y menospreciados en la mayoría de los casos. El personal de las escuelas infantiles se ocupa del desarrollo equilibrado de nuestros hijos e hijas y consideramos que no merecemos el escaso trato de valor que nos están dando.

A pocos días de la fecha prevista para la reapertura, el 1 de julio, todavía no sabemos qué va a suceder con los ERTEs, si podremos permitirnos económicamente abrir o si será un suicidio para nuestras pequeñas empresas, si los trabajadores y trabajadoras podrán incorporarse. Y, muy posiblemente, cuando nos aclaren todo esto las familias ya no nos necesitarán porque, como es lógico, ante tal incertidumbre ya habrán tenido que solucionar esta necesidad de otra manera.

Así que, volviendo al primer párrafo y contestando la pregunta de qué ha supuesto para nosotros la falta de información por parte de las Administraciones Públicas, tengo que contestar que ha sido un verdadero caos que a muchos de nosotros puede llevarnos al cierre”, Marisa Morales Díaz, directora de la escuela infantil El Osito.

Diana Ruiz Arcones, educadora del aula 2 – 3 años de la Escuela Infantil El Mundo de Mozart, asegura que se siente segura para afrontar la nueva normalidad, “La escuela ha preparado varios protocolos de seguridad e higiene tanto para las educadoras como los niños y padres. Gracias a esas medidas siento mucha tranquilidad a la hora de saber cómo actuar y me siento motivada y con ganas de empezar de nuevo a recibir a los niños y niñas en el centro”.

Marta Cristóbal, madre de dos niñas y además, educadora de infantil, afirma que los centros educativos están más que preparados para el retorno a las aulas, “tenemos todas las herramientas para llevar a cabo nuestro trabajo con toda la confianza y profesionalidad. Y pensando siempre en ofrecer un entorno seguro a nuestros niños y sus familias”.

Su doble perspectiva, madre y trabajadora, transmite seguridad, “También soy madre de dos niñas, Lucía, de 5 años e Irene, de 9 meses. La mayor está deseando ir ya al campamento de verano en  Mozart porque vuelve a ver a sus amigos de la escuela cuando va y a sus seños. Y la pequeña también se va a incorporar al centro  porque necesita establecer relaciones sociales con el entorno y a la vez comenzar a desarrollar nuevos aprendizajes. Asimismo, añado que como madre, cuando me dijeron que permaneceríamos cerradas (las escuelas infantiles)  y que no abriríamos hasta el 1 de julio; lo cual pienso que fue otro despropósito en toda regla después de habernos dicho que el día 22 de junio podíamos abrir. Fue un agobio porque ya tenía  todo organizado para la vuelta y tuve que volver a modificarlo y hacer otra nueva organización. A su vez tuve el mal trago que fue el explicarle a mi hija ya que esperaba con mucha ilusión el  reencuentro con sus amigos después de  casi 4 meses sin verles y se le hizo un mundo tener que volver a esperar 10 días”.

La familia López Santana, familia perteneciente a la escuela infantil El Mundo de Mozart, habla sobre su impotencia y frustración ante el retraso de los centros de educación infantil hasta el 1 de julio, “demasiados sentimientos como para poderlos trasladar en un corto texto, empecemos por definir como nos sentimos como padres y lo más importante, los grandes olvidados, nuestros niños y niñas.

Desilusión, desencanto, desmotivados, desesperados… podría seguir y no parar; todo adjetivo positivo al que le pusiéramos el prefijo DES daría lugar a cómo nos podemos sentir las familias desde el momento en el que se nos ha comunicado que la Comunidad de Madrid ha decidido que nuestros hijos no puedan ir a su escuela infantil el próximo lunes.

Entonces me pregunto, ¿cuál va a ser la próxima decisión que se va a tomar sin tener en cuenta las necesidades de los niños y niñas?

Fueron los primeros en tenerse que confinar porque “pueden ser el principal vehículo de contagio del virus”, “supercontagiadores” se les ha llegado a decir sin pruebas aún determinantes.

Después de esto, nuestros hijos han tenido que estar más de 3 meses, 100 días ya, enfrentándose a varias situaciones que ojalá no les suponga un retroceso en su avance  y crecimiento natural que tenían que haber tenido en esta etapa tan importante.

Casos, millones, cada casa ha tenido que ser un mundo pero para empezar, los niños y niñas perdieron sus rutinas, sus referentes, sus amistades, no han podido continuar con su evolución a nivel de psicomotricidad, físico y control de esfínter, lenguaje, convivencia y colaboración con iguales,  ¿alguien en su normal capacidad de pensamiento ve factible que un niño o niña de tempranas edades este confinado en casa durante tanto tiempo y que además, se desarrolle de la misma forma como si hubiera seguido asistiendo a su escuela infantil?

Los niños y niñas han aceptado el confinamiento, nos han soportado a los padres, han aceptado las normas impuestas, han perdido el contacto con sus amigos, han perdido el contacto con sus profesores, con su entorno y a pesar de esto han seguido evolucionando, son unos campeones y no se merecen que les sigamos negando lo más importante que pueda tener una persona, aprendizaje y evolución.

A nivel personal, no os podéis imaginar la sonrisa y hasta el cambio de actitud que ha tenido nuestra hija durante los últimos días, ella sabía que podía volver a la escuela y no paraba de repetir todo lo que le iba a contar a su educadora, todos los avances de estos meses, sus enseñanzas, su rosto iluminado por esa sensación de la vuelta a su normalidad, con sus profesores, sus amigos, pues todo esto se ha ido al traste al escuchar la triste noticia: “10 días más en casa”, podemos ir a tomar una cervezas con los amigos, podemos juntarnos en un parque, en casa, podemos entrar en un centro comercial, podemos volver al trabajo pero, sin embargo, no permiten que nuestros hijos vuelvan a la escuela, ¿dónde está la coherencia?

Podría seguir escribiendo: COVID, vacuna, ERTES, decisiones del gobierno, de la comunidad, del ayuntamiento, decisiones personales ante esta situación, trabajo confinado, empresarios, autónomos, pero, insisto, los más importantes en este tema son ellos, los niños.

Digo todo esto porque si piensan que no es necesario abrir las escuelas infantiles cuanto antes, se equivocan, y lo digo tan claro y con tanta seguridad porque los niños necesitan estar con niños, necesitan seguir aprendiendo y evolucionando.

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